...Sed testigos de mi Resurrección.

"...Será un superchiriflaútico Llar"... y creo que así fue. Comenzó nuestro Llar de Antorchas el viernes 28 de Abril. Durante todo el día habían estado llegando los respectivos Focs que participaron: Foc Barcelona, Foc Cid, Foc Grao, Foc Bilbao y Foc Madrid.

Llegamos a Cercedilla en distintos medios, el que más gustó fue el tren (¿verdad Mara?) porque eso de que tuviera dos pisos fue alucinante. Pero lo importante es que ya estábamos todas juntas de nuevo. Lo primero acomodarnos, conocer la casa, la finca, los alrededores... y conocernos entre nosotras con una dinámica.

La lluvia también quiso comenzar con nosotras y no quiso dejarnos, por lo que la marcha que teníamos programada para el sábado tuvimos que acortarla. Una auténtica pena no poder ir a Navarrulaque porque Madrid le tiene gran aprecio a este sitio... Así tuvimos más tiempo para trabajar el tema "Y Jesús nos mostró su rostro" en pequeños grupos. Mediante un montaje vimos cómo se nos muestra su rostro en el Antiguo Testamento y nosotras trabajamos el Nuevo Testamento y sus consecuencias en nuestra vida diaria.

Por la noche tuvimos una vigilia que estuvo muy bien ... y fue una pena que no diera tiempo a que Grao y el numerosísimo Cid hicieran esa fiesta que nos tenían preparada con tantísima ilusión.

El domingo el tiempo nos acompañó un poquito más. Fuimos a Misa al Hospital de la Funfría donde también tuvimos la oportunidad de ayudar a las religiosas que allí trabajan a acompañar a los enfermos a la capilla.

Por la tarde iniciamos nuestro regreso a Madrid, pues allí nos esperaban Voces y Guitarra (aquel grupo que fue al Llar de Sigüenza). Como siempre fue un momento muy especial y muy bien aprovechado.

Esa fue la recta final de nuestro encuentro de antorchas, la última noche que pasamos juntas en el cole de Madrid. Ahora cada una hemos regresado a nuestro ambiente, nuestra vida diaria... y ahora es cuando nos toca decir al mundo que estamos aquí, que Foc arde en cualquier parte y que quien mantiene vivo ese fuego también nos mantiene a nosotras.

CRISTINA RAMÍREZ, FOC MADRID