Querido miembro de Foc,
el Evangelio de este domingo (Mc 9, 2-10) es uno de los más destacados dentro de la simbología bíblica. En él podemos contemplar a Jesús junto con Pedro, Santiago y Juan. Jesús sabe que se acerca el momento de su muerte y quiere preparar a sus discípulos, la transfiguración es un adelanto de la Resurrección.
¡Cuántas veces estás cocinando tú o tu madre un pastel o haciendo algún dulce, y no te resistes a probar la masa! Estás anticipando el sabor que después disfrutarás. Mientras tanto, sabes que todavía has de esperar, has de seguir removiendo la masa, echar los ingredientes que te faltan, controlar el horno para que no se queme, dejar enfriar y más tarde, servir y sacar a la mesa para compartirlo con quienes te rodean. También te ocurre algo así cuando esperas una fiesta importante. Tienes ya alegría mientras vas de compras, cuando te pruebas los modelitos, al pagar las entradas, cuando vas a la peluquería, al maquillarte… en todo el proceso de espera de la fiesta disfrutas, pero pequeños instantes, hasta que llega de verdad el día de la fiesta.
Pues algo así hizo Jesús con sus discípulos, les permitió saborear un trocito de cielo, de Resurrección, para que tuvieran suficiente fuerzas y fe para poder entender la muerte del propio Jesús.
Jesús les lleva a la montaña ¿cuántas veces hemos ido de marcha a la montaña con nuestro Foc? ¡Muchas! La montaña es el lugar del encuentro con Dios, allí Dios se ha revelado al hombre en diferentes momentos de la historia de la salvación, y Jesús también elige este lugar. Allí aparece la nube que los cubre y la voz de Dios: «este es mi hijo amado, escuchadle». ¿Últimamente has escuchado la voz de Dios?
Los discípulos querían quedarse allí, estaban muy a gusto, y no querían volver a la realidad. ¿Qué momentos de tu vida te gustarían que fueran más largos y no se terminaran porque realmente te dejan paz, alegría, sabor a cielo?
Pídele a Jesús que te ayude en tu día a día a afinar los sentidos y descubrir que qué experiencias son las que te llenan de verdad y no te dejan vacío. Cuida esos momentos y esas personas, y no te dejes llevar por lo que no te llena y te deja insatisfecho.